´Un buen cuento prescinde de lo superfluo y va directo a lo importante´
por Óscar mora 28.06.2013 | 02:51
Raquel López (Ulea, Murcia, 1968) lleva más de veinte años contando historias. Para niños, para adultos y para cualquier público al que le guste escuchar un buen cuento. Hace tres años comenzó a crear un espectáculo con historias sobre parejas, tríos y todas las demás posibilidades amorosas, que ahora ven la luz en papel en este Amantes Amados.
¿Cómo han hecho las historias de Amantes Amados el viaje desde la palabra dicha hasta la palabra escrita?
Algunos de estos cuentos, los que primero escribí, nacieron para ser contados, para formar parte de un espectáculo. Es decir, sabía que quería narrarlos a un público y para darles forma, coherencia y credibilidad tenía que plasmar las ideas primero por escrito. A partir de ahí, tuve claro que quería escribir un libro lleno de aventuras de amantes. Todas las historias las he creado sobre el papel, pero con la clara intención de ser contadas la mayor parte de ellas. Escribir y contar son dos de mis pasiones, una alimenta a la otra y viceversa .
Díganos la verdad: ¿se ha cortado a la hora de escribir algunas de las historias, hay alguna parte subterránea que se ha quedado en un cajón por miedo a que los verdaderos protagonistas se vieran reflejados?
Te voy a contestar con el inicio del prólogo: «Si en estas aventuras extramatrimoniales encuentras a alguien con tu mismo nombre, los mismos estudios o el mismo aspecto, debes saber que ese personaje no es retrato tuyo, pero quizás deberías preguntarte por qué tú te pareces tanto a alguien de ficción». Se puede leer completo en la web del libro www.amantesamados.com
Mi pretensión ha sido escribir y contar historias donde las relaciones amorosas incluyan a terceras personas, para ello he observado, imaginado, exagerado, inventado y mezclado situaciones y personajes. En los cuentos donde hay algo de verdad, ésta puede que sea una frase, una acción, algo que me han contado, que he vivido o que se me ha ocurrido sin más. Y probablemente tu elección no coincida con la realidad.
¿De qué manera cree que su condición de narradora oral le ha ayudado a la generación de estas historias?
Llevo más de veinte años dedicada a este maravilloso arte y, en todo este tiempo, he aprendido que una historia no es mejor porque dure más tiempo o tenga más páginas; un buen cuento prescinde de lo superfluo y va directo a lo importante. Esto es algo que he tenido muy presente y que hace que los relatos de Amantes Amados sean frescos, ágiles y que al final te dejen buen sabor.
Los cuentos Isabel y Si oyes una canción en la siesta en algún párrafo hablan de la importancia de narrar y del alimento que supone para el alma escuchar un cuento. He puesto en boca de estas protagonistas la emoción que siento cada vez que yo lo hago y lo segura que estoy de que una historia, y el momento mágico de contarla, tienen un poder inigualable.
¿Cuál es la pieza que más le costó escribir del libro?
El cuento que más me costó fue Si oyes una canción en la siesta. Cosas de la informática y los despistes, cuando ya tenía a medias este relato cerré el documento sin guardar los cambios. Días después quise continuar y lo que encontré no era lo que buscaba. Como suele ocurrir, mi cabeza pensó que lo que había escrito era irrepetible, inmejorable, inigualableÉ y, en vez de reescribirlo, lo buscaba y rebuscaba. Tardé casi dos años en retomarlo, ahora es uno de los que más me satisfacen.
¿Qué criterio ha seguido para la selección de los textos de Amantes Amados?
A los que nos gusta contar historias también nos gusta encontrar buenos libros de donde nutrirnos. Creo que muchas compañeras y compañeros de profesión disfrutarán al leerlas y, quizá, las narren. No me he olvidado del público que, tras un espectáculo, preguntaba dónde podían leer los cuentos que había contado.
¿A quién cree que está especialmente recomendado este libro?
A todo aquel que quiera disfrutar, reírse, sorprenderse y, por qué no, reflexionar con lo que dice algún personaje. Ya me gustaría a mí, tomar más de un café con Tía Inés o Tita Mami.
Regálenos un cuento breve de despedida.
…
CON EL DICCIONARIO EN LA MANO
Cuando decidí echarme un amante, lo hice con el diccionario en la mano. Tenía que ser una relación amorosa ilícita y para eso, yo, que estoy soltera, tenía que buscar a un hombre casado. Lo encontré y he de decir que todo fue bien, hasta que él decidió separarse de su mujer.
¡Y sin contar conmigo el muy egoísta! No tuvo en cuenta mis sentimientos, no me pidió opinión, ni siquiera me dijo lo que estaba pensando hacer. Llegó un buen día sin anillo en la mano y me lo soltó como un jarro de agua fría.
¿Qué voy a hacer ahora? He perdido la ilusión, nuestros encuentros ya no son lo mismo, no tienen la emoción de la clandestinidad, ni la pasión de lo prohibido, ni la incertidumbre del rencuentro.
No quiero renunciar a estas emociones, él no quiere dejarme y yo no quiero dejarlo. Voy a buscarme un marido.