Acabo de comenzar un nuevo proyecto en el Colegio Vista Hermosa de Alicante. Durante todo un curso escolar voy a contar cuentos una vez al mes para alumnos de 4º de ESO y Bachiller. Esto no es nada novedoso, ya lo he hecho otras veces y sé los resultados que obtengo. Entonces, ¿cuál es la diferencia? Pues que las historias se escucharán en la hora del recreo, mientras reponen fuerzas y se comen bocatas.
¿Por qué esta propuesta?
Porque quiero comprobar si los jóvenes eligen de forma voluntaria los cuentos en vez de cualquier otra opción que el patio del centro les ofrece (deporte, charlar con compañeros, jugar, pasear…).
Como todo proyecto que comienza hay dudas, incógnitas que espero que poco a poco vayan cada una a su sitio. Por ejemplo: voy a contar al aire libre, sí como lo estás leyendo. ¿Y por qué? Porque, aunque los cuentos son para los alumnos mayores, cualquier otro chico o chica tenga la edad que tenga, si pasa por allí y se quiere quedar puede hacerlo. Creo que si es dentro de un aula sería más difícil que esto sucediera. Otro motivo es que los jóvenes necesitan cambiar de lugar, de paredes, de sillas y de ubicación. Y por último (aunque no sé si hay alguna razón más) porque el centro tiene unas escaleras amplias donde ellos se pueden sentar como si estuvieran en un anfiteatro. Esperemos que el frío no nos deje congelados ningún día.
Los profesores de lengua y literatura acogieron esta iniciativa con ilusión, son varios años los que llevo trabajando con ellos y estaba segura de que iba a ser así. Juan Oñate, María Alpañés y Paula Fuster escucharon la propuesta a finales del curso 2013-14, casi fue un atraco (de cuentos). Cuando comenzó el siguiente curso Pilar Amarillo también se les unió.
De momento tenemos un inconveniente: el tiempo. Los recreos apenas duran veinte minutos y son muchas las historias que quieren participar. Espero que los profesores nos regalen algunos segundos antes de comenzar sus clases.
Ya estamos en marcha, el mes de octubre fue la primera sesión y os la contaré en breve.
Raquel
