El 23 de mayo de 2.015 en la Casa Bardín, sede del Instituto Alicantino de Cultura «Juan Gil-Albert», se realizó el tercer encuento del ciclo «LOS QUE ESCRIBEN Y LOS QUE CUENTAN. Encuentro de narradores».
Desde el primer momento todos sentimos una grata complicidad entre los dos narradores, los dos escritores, que entre risas fueron alabando las trayectorias de cada uno mientras eran presentados al numeroso público asistente.
Andrés Neuman habló de las ventanas que se le abrieron de pequeño al escuchar las historias que su padre creaba, recreaba y engordaba noche tras noche.
Nos confesó que tiene una noción muy auditiva de la narrativa gracias a estos momentos, a los cuentos que escuchaba por el tocadiscos mientras aprendía a leer siguiendo el relato con un cuadernillo y a que la música también ha estado presente en su vida. A lo que llamó: emoción oral.
Pep Bruno comenzó hablando de sus primeras lecturas y su primer contacto con la narración oral desde su ciudad: Guadalajara.
¿Cómo nos contamos los narradores? ¿Cómo nos llamamos? ¿Cómo nos llaman?
Lo qué busca la ficción no es la mentira, es otra verdad; un buen narrador nunca quisiera mentir.
«Cuando supe que sería mortal…» así comenzó Pep Bruno a narrar el cuento que había elegido de Andrés Neuman para los asistentes. Y después de que lo disfrutáramos y se nos encogiera el alma con esa historia, Pep nos hizo una precisa y preciosa demostración de lo que sería contar esa misma trama después que el tiempo y la oralidad lo hubieran pulido.
El narrador trabaja en directo con su cuerpo y con su voz, los escritores trabajan en diferido, no está con el lector que en ese momento es una conjetura.
El dialogo fue emocionante, el público participó como ya es costumbre y todos nos fuimos con una sonrisa en la boca y unas enormes ganas de repetir.
Gracias a los dos.